Desde que nacemos nos preparan para ser feliz, de hecho, nos hablan de que estamos prácticamente obligados a serlo, no es nada malo, a nadie le supondría un problema esto, sea de la manera que sea, inclusive por encima de los demás, todos llevamos ese punto egoísta que nos hace menos humanos con respecto a otras personas si eso en definitiva nos hace sentir mejor a nosotros…


Cuando llegas a este mundo, si corres con la suerte de nacer en una familia de verdad, donde para tu madre se frena el mundo en el mismo momento en el que te ve la cara, donde tienes unos abuelos que ya te han preparado diecisiete pares de patucos, y cuatro hermanos que están dispuestos a sustituir los celos por venganza cuando alguien intente hacerte daño, o sin irnos tan allá, cuando tienes la suerte de caer en los brazos de alguien que coge tu cuerpo de bebé y toma como propósito que tu tengas una buena vida, ahí, justo en ese momento, ya te han engañado (sin ninguna intención de hacerlo), por primera vez…


Cuando pasamos la niñez, entramos en lo que yo llamo el ciclo de las ausencias, y es entonces cuando para mi, encontramos un mundo para el que no estamos preparados, del que nadie nunca nos había hablado…


Para mi no hay nada más destructivo en esta vida que la ausencia, si te paras a pensar, cada vez que sufrimos es porque llevamos una a cuesta, puede que tu papá esté lejos de casa porque ya no se entiende con mamá, puede que el primer amor, el de los quince años, se haya ido dejando la desesperanza de encontrar a alguien más en tu vida, o puede ser peor que esto, y que alguien a quien  amas (de verdad) con todo tu corazón, parta de esta vida, y sientas que necesitas un abrazo final el resto de la tuya…


Todas las ausencias son respetables para mi, cada uno en su universo puede sentir su dolor como le de la gana, puedes llorar porque no tienes el coche que te gusta, y también puedes hacerlo porque te han faltado tres décimas para terminar tu carrera. Empecemos a luchar por el derecho de sentirnos tristes también, porque nuestros papás no nos mintieron cuando nos dijeron que veníamos aquí a ser felices, claro que no, pero tengo la plena certeza que para ello necesitamos estar perdidos alguna vez, ellos mismos saben que necesitamos caer para aprender, deja de escuchar a los que te dicen como tienes que sentirte, deja de creerte a los que te dicen que no merece la pena sufrir por lo que te duele hoy, porque algo que te duele es algo por lo que has luchado, y nadie puede decidir por lo que quieres luchar tú, por favor, deja de obligarte a secar las lágrimas antes de que alguien más pueda verlas, no dejes que las heridas te curen de fuera hacia dentro si no al revés.


Nuestros amigos nos dirán que debemos estar bien porque no siempre estarán preparados para brindarnos otro consejo, porque cuando estamos contentos somos más útiles para festejar la vida, o para salir a bailar. Nuestros padres también nos dirán que debemos salir adelante, porque siempre necesitan tener la certeza de que lo haremos, no vivirían tranquilos si no fuera así. En general la gente nos quiere fuertes, para salir, para producir, para brindar, para pelear, para querer y hasta para odiar, pero yo solo quiero que alguna vez también te encuentres todo lo triste que puedas, porque las penas que no se sufren, las que se niegan, son las que se arrastran, y pesan, pesan tanto que en algún momento te frenan la vida…


Llora hoy todo lo que puedas, si algo te duele demuéstralo tanto como cuando algo te hace feliz, rompe algo si te apetece, metete en la cama y tápate la cabeza, o vete a correr quinientos kilómetros hasta que sudes todo ese dolor. Tómate tu tiempo, hazlo como quieras y como lo sientas, a tu manera, hazlo tanto que mañana puedas volver a comerte el mundo con todas tus piezas unidas, es la única manera de no quedarte anclado en la pena para siempre…

Hay dos frases que me han enseñado desde pequeña y hoy las llevaría conmigo hasta el fin del mundo, la primera es esa que dice “ aquello que escuece es que está sanando” y la segunda que considero más importante “ en esta vida, no hay ausencia que traiga más dolor, que la ausencia de uno mismo” 



Si quieres que se vaya tu dolor, por favor, déjalo salir…..