Venga sé valiente, dile que ya no la quieres, que ya no es lo mismo de antes, que las ganas que tenías de comerte el mundo en su compañía se han convertido en juegos de matar, que las cosas que tenían en común hoy solo te pertenecen a ti, y ya nunca lo compartirás.

Cuéntale que ya no soportas verla desnuda, y no hablo de su cuerpo, si no de su verdad, esa que a ti te ha quedado tan grande, vé y mirala a los ojos, para que ella se encuentre en tu oscuridad, para que sepa que has mentido cuando le jurabas tu lealtad, dile que no te has acostumbrado a que te quieran tanto o no te quieran tan mal, que sus promesas suenan demasiado auténticas, demasiado eternas para tus ganas de volar, que se entere por ti, por tus labios que ya no le deben ningún beso a esa que te ha decidido esperar, a ti, a tus dudas y a tu excusas, a toda tu crueldad.

Llénala de miedos, hazla ver que vuelve a estar sola en el mundo, y ahora encima con necesidad de reconstruir todo lo que tu le has dejado hecho pedazos. Tiene derecho a saber que es su momento para llorar, que lo haga pronto, porque ya luego le tocará eso que a ti se te da tan bien, eso... de olvidar…

Ojalá decidas ser menos cobarde, la mires aunque no sea de frente, porque eso ya no puedes hacerlo, y le mientas una última vez diciéndole que entiendes su dolor, y que realmente esperas que llegue alguien que jamás este a su altura, porque tu ni siquiera sabes donde está.

Ella te escuchará, se sentirá tan vacía como se siente una flor que ya han dejado de regar, necesitará que te culpes de esa culpa que siente tan suya como a ti, y déjame decirte aunque no quieras oírlo, que ella sufrirá. Has matado sus sueños, sus caricias se han quedado tan frías como el invierno, o como esa mirada que hoy le dedicas, y que ella tan poco se merece.

Ojalá cuando te encuentres con ella dentro de esos años en los que la recordarás tantas veces como ella haya tratado de olvidarte, te miré y haga eso que tu no sabes hacer y te cante la verdad.

Y entonces pasará, te va a mirar a los ojos con una mirada que gracias a ti estará esta vez con menos inocencia, y con menos humanidad, y te dirá lo que solo una decepción nos hace afrontar, te dirá que ser cobarde hoy es tan común como puede ser el fumar, que el mundo esta lleno de gente como tu que teme fracasar, y que cuando el amor les llega le ponen fecha, le ponen nombre, le ponen de todo menos ganas de amar…

Todos sabemos que no eres el único cobarde de esta historia, el mayor acto de cobardía es saberse con alguien de mentira y jugar a que todo sea realidad, es más cobarde aquel que se sienta a esperar, a que los que nos quieren poco se les gaste el poco y vayan a otras personas a pedir más…

Cobarde eres cuando quieres por comodidad, cuando empiezas con mentiras el juego que luego te da miedo parar, cuando estás con él creyendo que te aguanta, si a ti nadie te tiene nada que aguantar!

Eres cobarde porque te da miedo cambiar tu vida aunque seguirla suponga fracasar, porque esperas que la decisión que debería ser tuya siempre venga de alguien más…

Míralo y dile que tu también eres cobarde porque sentiste que merecías ponerle un precio a tu dignidad, que en sus mentiras estabas tan cómoda porque no sabías que tenías el valor que por fin hoy... Te dás.

Este mundo no está preparado para querernos porque nos hemos olvidado de luchar, y esa es la diferencia entre regalar una vida o una noche con un buen final, que los de la vida saben que en el amor y en las ganas están las personas que a pesar de nuestros defectos consigan querernos de verdad, y en las mentiras hay de todo, pero nunca... Nunca felicidad...